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miércoles, 28 de octubre de 2015

El miedo

EL MIEDO
·         Es una emoción primaria que se deriva de la aversión natural al riesgo o la amenaza, y se manifiesta en todos los animales, lo que incluye al ser humano.
·      Es difícil de controlar y puede provocar todo tipo de reacciones, tales como parálisis o ataques de ansiedad.
·         Muchas veces se teme a algo que no existe, que es producto de la imaginación, como los monstruos.
·        La respuesta bioquímica generada por el temor es de carácter universal. Ante una situación de peligro, ciertos signos físicos mensurables prueban que tenemos miedo: aumenta inmediatamente el pulso cardíaco y la sudoración, se dilatan las pupilas, al mismo tiempo que se elevan los niveles de adrenalina en sangre.        
Enfoques
Biológico, el miedo es un esquema adaptativo, y constituye un mecanismo de supervivencia y de defensa, surgido para permitir al individuo responder ante situaciones adversas con rapidez y eficacia.
Neurológico es una forma común de organización del cerebro primario de los seres vivos, y esencialmente consiste en la activación de la amígdala, situada en el lóbulo temporal.
Psicológico, es un estado afectivo, emocional, necesario para la correcta adaptación del organismo al medio, que provoca angustia y ansiedad en la persona, ya que la persona puede sentir miedo sin que parezca existir un motivo claro.
Social y cultural, el miedo puede formar parte del carácter de la persona o de la organización social. 


 ¿POR QUÉ SE TIENE MIEDO?
El miedo, bien entendido, es necesario porque posibilita evitar algo doloroso o peor aún, ya que es un mecanismo de defensa que está ‘tallado’ en el ADN de los seres humanos.
Claro que también hay miedos irracionales, como el temor a lo que no existe, pero la presencia de la reacción es beneficiosa para la supervivencia tal y como verán a continuación.

      ¿CÓMO AFECTA EL MIEDO AL CUERPO?
En el cuerpo:
-Se incrementa el metabolismo celular.
-El corazón bombea sangre a gran velocidad para llevar hormonas a las células, especialmente adrenalina.
-Aumenta la presión arterial, la glucosa en sangre, la actividad cerebral y la coagulación sanguínea.
-Se detiene el sistema inmunitario, al igual que toda función no esencial.
-Se dilatan las pupilas para facilitar la admisión de luz.
-La sangre fluye a los músculos mayores, especialmente a las extremidades inferiores.
-El sistema límbico fija su atención en el objeto amenazante y los lóbulos frontales –encargados de cambiar la atención consciente de una cosa a otra– se desactivan parcialmente.

Todo facilita la respuesta del individuo ante el peligro y esto sucede por igual ante cualquier tipo de miedo.
Claro que también puede haber consecuencias negativas cono:
-Taquicardia.
-Sudoración.
-Temblores.
-Retroalimentación del temor y pérdida del control sobre la conducta.
-Falta de armonía en los riñones, lo que puede hacer que la persona se orine involuntariamente.


EL MIEDO AL RECHAZO, UN MIEDO REAL E IMAGINARIO.
El miedo al rechazo en el pasado era muy práctico. El ser humano está predispuesto a vivir en grupo y actuar como una comunidad para superar los grandes desafíos. En nuestro origen, si un individuo era rechazado por su grupo, acabaría viviendo solo y expuesto a los peligros de los depredadores.  En resumidas cuentas, el miedo al rechazo se resumiría en: Si te rechazaban, tus posibilidades de morir aumentaban considerablemente.
Hoy en día, la situación no es la misma. La gente vive en ciudades o pueblos de cierto tamaño, existen cientos de grupos diferentes en nuestro alrededor a los que podríamos pertenecer y además, en caso de que nos rechazara un grupo, podríamos estar seguros de que ningún depredador nos va a devorar.
Después de todo, la sociedad avanza mucho más deprisa que la adaptación genética.

¿CÓMO SE ENFRENTA AL MIEDO?
Como primera medida, al miedo hay que naturalizarlo, es decir, aceptarlo ante el peligro y nada más. Y todo lo que esté en la cabeza, regularlo. El temor en una entrevista laboral o en una primera cita es normal. Pero al ‘otro miedo’ hay que tratar de expulsarlo. Es un impulso interior que busca defendernos de un peligro irreal que la mente se esfuerza en creer.
Claro que ante una patología el mejor camino es siempre consultar a un profesional de la salud mental, quien podrá trabajar para desactivar esas falsas alarmas.

Las fobias
Una fobia es una desviación de la respuesta normal ante el peligro.










3 comentarios:

  1. Son patrones, que nos han creer desde pequeños, a lo largo del proceso hemos ido creando ese abito, en realidad el miedo no existe..

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